miércoles, 2 de junio de 2010

CONCLUSIÓN TRABAJO DE MUSEOS Y GALERÍAS VIRTUALES

CONCLUSIÓN TRABAJO
La gran revolución experimentada en los últimos años por los medios infográficos permiten suplir algunas deficiencias de los museos. Es decir, se pueden reconstruir obras que en la actualidad están en mal estado de conservación o se pueden reintegrar en su lugar original, reproduciendo ambientes que hacen que la compresión de la obra en su contexto sea más clara.
Otra gran diferencia es que aunque Internet no sea de alcance masivo debido a que uno debe tener cierto dinero para poder acceder (desde un ciber o desde su hogar), va a ser más accesible y de mayor los museos virtuales que los museos tradicionales, debido a que algunos de estos últimos sus entradas pueden ser costosas y se encuentra en algun lugar del mundo determinado.
La ventaja de Internet es la inmediatez, pero en un museo puedes sentir cierta atmósfera que te hace sentir inmerso en la época en que ocurrieron los hechos, en los que está basado el museo que estés visitando. Pero en Internet qué también tiene las puertas abiertas, tiene barreras, como son los idiomas, que se resolvieron con los traductores on line y que fácilmente te traducen casi todos los idiomas importantes del mundo.
Posibilitaba la duplicación de la eficiencia de las operaciones que se desarrollan comúnmente en el edificio real dejando en evidencia la transformación radical que están sufriendo las actividades cotidianas.
Lo más cuestionable sería que si lo exhibido en las galerías virtuales no son las obras originales sino réplicas de las mismas, entonces, ya no sólo el museo se queda en representación gráfica sino que el mismo material expositivo es también una réplica digital que emula los originales. Éstas son cuestiones sobre la pérdida del «aura» de la obra de arte
El nuevo museo digital no estaba pensado con grandes vestíbulos de ingreso ni un aspecto exterior asombroso sino, más bien, para que al navegante le fuera posible deslizarse inadvertidamente a través de una epidermis, o moverse a través de interiores ambiguos. Las superficies permitirían observar, percibir e, incluso, incidir en el arte y alterar determinadas piezas en el momento de la visita, como sería el caso de los museos tradicionales
Con el museo virtual, sólo que éste tiene una amplia gama de posibilidades añadidas, como detenerse en una imagen, obtener amplia información de la obra o de su autor, grabar la información en un ordenador, imprimir una copia de la imagen o enviarla por correo electrónico, etc. Con esta opción se ha abierto una puerta que no existía antes para entrar al museo. Las posibilidades digitales con las que se cuenta desde hace un tiempo, han propuesto repensar el museo no tanto como un nuevo esfuerzo formal o como tipología, sino, sobre todo, como un lugar de condición imprevista e impredecible, como un lugar de desdoblamiento y lo más importante, como un lugar de transición fluida y permanente: una arquitectura del flujo

Busaniche y Mántaras

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