El Realismo surgió a mediados del siglo XIX, y alcanzó su esplendor en Francia.
Los cambios fundamentales que hacen que se pase del Romanticismo al Realismo son:
• la definitiva implantación de la burguesía.
• la conciencia de los artistas de los terribles problemas sociales de la industrialización: trabajo para niños y mujeres, jornadas laborables interminables, etc.
• las revoluciones de 1848 desencantaron a los artistas, por lo que dejaron de lado el tema político y se concentraron en el social.
Los pintores realistas usan la paleta limitada o vigorosa, y pintan las figuras de moldeado sólido y severo, con gruesos trazados de pintura muy empastada (aplicada con espátula).
el objetivo del Realismo era conseguir representar el mundo de una manera verídica, objetiva e imparcial. por lo tanto, el Realismo, no puede idealizar. El manifiesto se basa en lo siguiente:
1. la única fuente de inspiración en el arte es la realidad
2. no admite ningún tipo de belleza preconcebida; la única belleza válida es la que suministra la realidad, y el artista lo que debe hacer es reproducir esta realidad sin embellecerla.
Los grandes maestros
Por su unidad de presupuestos estéticos, la escuela pictórica realista es probablemente una de las mejor definidas durante la segunda mitad del siglo XIX, época en la que otros movimientos como el impresionismo crearon líneas evolutivas diferentes que dieron lugar a cierta confusión en su ordenación.
Éste no es el caso de los pintores realistas, entre los que se diferencian las siguientes personalidades relevantes:
• Gustave Courbet (1819-1877) es la primera gran figura del realismo pictórico francés. Creó el término cuando organizó la exposición «El Realismo» en un pabellón anexo a la Exposición Internacional de París de 1855, que había rechazado una de sus obras.
• Jean-François Millet (1814-1875) caracteriza su obra por el desarrollo de escenas de la vida campesina, con un tratamiento rudo y esforzado, alejado del halo de ingenuidad que anteriormente era propio de la representación de la actividad en el ámbito rural.
• Honoré Daumier (1808-1879) crea obras de temática esencialmente urbana, con representación en tonos oscuros de personajes proletarios y humillados. Destaca su innovadora concepc ión del dibujo, con trazo denso y distorsión de las figuras, y que hace aparecer su obra gráfica entre los antecedentes de la caricatura como género.
El paisaje realista
El realismo adquirió una de sus más significativas expresiones en el paisaje, género considerado menor en la pintura tradicional.
Los realistas adoptaron una visión precisa de la naturaleza, despojada de los elementos sentimentales y simbólicos de los románticos y centrada en la exploración de los aspectos puramente plásticos del paisaje, que evolucionarían en los impresionistas, postimpresionistas y simbolistas hasta la eclosión del abstracto y de las diferentes vanguardias del siglo XX.
Tal fidelidad en la reproducción del paisaje hace que, de hecho, en crítica de arte, los términos paisaje realista y paisaje naturalista se consideren prácticamente sinónimos.
El realismo como antecedente
La obra de los paisajistas del realismo francés constituye el antecedente de las líneas evolutivas que alcanzarían posterior desarrollo en las creaciones de impresionistas y postimpresionistas. Determinados caracteres realistas, como los trazos gruesos y la distorsión de formas.
Descripción de la obra
El soporte es una tela que mide 3,24 metros de alto por 6,63 metros de ancho. Está pintado al óleo.
Es una composición abierta. La composición viene determinada por las figuras representadas de pie a tamaño natural que están dispuestas horizontalmente, a modo de friso, imitando los sarcófagos de la antigüedad romana. El friso que forman los personajes, mostrando una isocefalia, sigue la misma ondulación rítmica que la montaña del Jura, que sirve de fondo y que era el paisaje auténtico de Ornans. Los personajes están puestos sin ningún tipo de jerarquía, pero las mujeres se mantienen separadas de los hombres a la derecha; entre ellas se encuentran las hermanas del pintor: Juliette llorando y Zoé ocultando el rostro en un pañuelo y Zélie pensativa. La horizontalidad de los dos precipicios del fondo y de las nubes se contrapone con la verticalidad de los personajes.
La perspectiva viene dada por el claroscuro, los diferentes planos en los que se distribuyen las figuras y su superposición y el fondo con los acantilados que se alza detrás de los personajes.
La línea del horizonte está por encima de las cabezas de los asistentes al entierro, a 1 /7 partes del cuadro. No hay una simetría clara. La estructura compositiva de la tela tiene su centro en la acción que tiene lugar en la única obertura existente en la línea de los acantilados.
La luz es barroca, inspirada ligeramente en Caravaggio. Busca contrastes entre el primer plano, donde está el ataúd y los religiosos que hacen la ceremonia, y la franja de personajes vestidos de negro. La luz no se utiliza para acentuar el dramatismo de los personajes, sino para dar corporeidad y volumen a los cuerpos. En el cuadro domina una luz crepuscular que acentúa la soledad del paisaje.
Utiliza una gama cromática muy reducida para aumentar el dramatismo de la escena. Predomina el color negro y el blanco, también hay rojos en las togas y los birretes de los maceros, en los que se ve la influencia de Velázquez y Zurbarán. El color blanco predomina en las personas y en los objetos del primer plano, como la serie de pequeñas manchas blancas (de los pañuelos, las toquillas, los cuellos de las camisas y del perro) que se expanden por todo el cuadro. Junto a estos colores predominan una serie de tonos ocres-terrosos y verduscos del paisaje que dan uniformidad al cuadro. Por lo tanto, estamos viendo que Courbert reacciona contra el romanticismo y el idealismo clásico.
Fuente para la descripción: http://es.wikipedia.org/wiki/Entierro_en_Ornans
martes, 30 de marzo de 2010
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